"¡Qué decepción! Digo, darme por enterada finalmente de que la amistad no existe. Al menos no aquella
amistad de “bandita” que yo deseaba, aquel apego caballeresco de
todas para una y una para todas.
No existía. Ni siquiera este grupo tan consolidado podía dejarme entrever una amistad sólida. No existía tal cosa. No había amistad. Entonces decidí que a partir de aquel momento no iba a confiar en nadie." (O en
casi nadie)
No hay comentarios:
Publicar un comentario