24 de agosto de 2010

"¡Qué decepción! Digo, darme por enterada finalmente de que la amistad no existe. Al menos no aquella amistad de “bandita” que yo deseaba, aquel apego caballeresco de todas para una y una para todas. No existía. Ni siquiera este grupo tan consolidado podía dejarme entrever una amistad sólida. No existía tal cosa. No había amistad. Entonces decidí que a partir de aquel momento no iba a confiar en nadie." (O en casi nadie)

No hay comentarios:

Publicar un comentario